El ser humano, cuando nace, tiene la capacidad de aprender de una forma asombrosa el don de la palabra. Si es cierto que se tarda unos años, pero una vez que se aprende no se para de hablar y de hablar.
El pequeño Gran Satélite parece una radio, o mejor dicho una enciclopedia, pues ahí donde lo veis (algunos), dice cosas con mucha lógica.
Me hace preguntas que incluso yo ahora, también me hago, La verdad es que no siempre se tiene respuesta para todo, aunque intente darle una coherente y razonada. Ellos se fijan en cosas pequeñas, que para nosotros pasan desapercibidas, pero que están ahí, e intentan darle una razón al por qué.
Es curioso, pero según vamos creciendo, vamos perdiendo eso don. Somos planetas muy extraños, pues deberíamos exprimir la palabra hasta el fin, pero llega un momento en que parece que demos marcha atrás y se nos vaya olvidando, y cada vez hablemos menos.
Las teorías de Satélite me gustan. Creo que dice pequeñas verdades cada vez que habla, unas más que otras también es cierto, pero al fin y al cabo, sus verdades, porque lo dice con seguridad, aquella que da la inocencia.
Día 46. Año 0.
Yo nunca pensé que hablar costase tanto, pero qué razón tienes. Creo que es un vicio muy malo pero contagioso y difícil de digerir.
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