jueves, 2 de junio de 2011
Capitán
Cuando estás en un velero necesitas al viento para poder moverte. Imagínate que no sopla nada y estás en alta mar, parado, sólo en ese desierto de mar. Tampoco interesa que venga muy fuerte pues puede romper las velas. Si ya viene por otro sitio que no es el que esperabas tienes que demostrar tu pericia para saber conducir la nave. A lo mejor vas haciendo eses, y tardarás más, pero sabes que la dirección que llevas es buena.
Si sopla muy fuerte puede incluso hacerte naufragar, pues es capaz de levantar olas más grandes que una casa. Ahí el miedo se apodera del barco, incluso del capitán, aunque intente demostrar lo contrario, pues tiene que hacer llegar el barco a puerto.
Intenta transmitir calma y demostrar que lo tiene todo controlado, pareciendo algunas veces una persona fría. Cuida del barco, de la tripulación, pendiente de las olas y los vientos.
La cuestión es, yo creo, ser capitán y disfrutar del viaje, porque una cosa es tener un barco y otra muy distinta es disfrutar del barco. Además, las puestas de sol en alta mar tienen que ser muy bonitas como para disfrutarlas sólo.
Día 34. Año 0.
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