Decisiones, de eso trata la vida. Todos los días las tomamos y así formamos nuestros días, uno tras otro.
Empiezas decidiendo a que hora te levantas, pues necesitas poner una hora en el despertador, o mejor dicho en el móvil. El desayuno, ¿galletas o tostadas?. Ir al trabajo o a donde sea menester, pero ¿en transporte público, en coche, en bicicleta..?
Al fin y al cabo eso son decisiones normales, a las cuales tampoco le das muchas vueltas. Pero hay otras, las que pueden cambiar el rumbo de la vida que las puedes tomar, ya sea por necesidad, antojo, locura, angustia ...
Hay que estar muy seguro de lo que se hace, porque puede ser que se vuelvan en tu contra y lo que busques no sea otra cosa que lo contrario, y ahí entonces, viene el problema.
Como ya dije, todo lo que sube baja, y todo lo que se va puede volver, como un yo-yo.
Tampoco hay que tener miedo a tomarlas, pues no me refiero a eso, pero si valorar si lo que se gana es mejor que lo que se pierde. Al fin y al cabo es como jugar a las cartas, unas veces se gana y otras se pierde.
Día 78. Año 0.
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