viernes, 15 de julio de 2011

Curiosidades


No os pasa que hay veces que os miráis al espejo y decís: - ¡Joe, hoy me gusto!
Sin embargo otros días es al contrario: -¡ Joe, hoy debe ser otro el que está ahí!

Es curioso, porque el que se refleja siempre eres tú y el espejo suele ser siempre el mismo.
Ya sabemos que los espejos hay veces que distorsionan un poco, pero de verdad que hay veces que mejor  no mirarse al espejo.

Un ejemplo. Te levantas con sensación de haber descansado, alegre, despierto y con energías. Todo va bien hasta que por casualidad te cruzas con un espejo, que por cierto todos tenemos unos cuantos en casa. ¡¡Ahhh!! Miras para un lado, para otro, por si fuera otra persona el que está en frente de ti. Te quedas un rato mirando fijamente y empiezas a reconocer tus orejas, tu pelo deshilañado debido a la lucha nocturna con la almohada, tus ojos, aunque dudas, por que están pequeños y casi escondidos debajo de unas pedazo de ojeras que de lo que pesan casi tiran de la cabeza hacia el suelo.

Así que yo no se si lo de tener espejos en casa me convence del todo. Después de lo antes descrito, ¿no pensáis que hay veces que no cuadra como te sientes a como te ves?
Misterios de la vida, aunque si nos ponemos a hacer historia del espejo veremos que viene ya de tiempo atrás. Los egipcios, griegos, etruscos y romanos ya lo utilizaban, aunque ellos usaban metal bruñido.
Consuela pensar que por lo menos en eso hemos avanzado, porque guapos, lo que se dice guapos no creo que se viesen reflejados en un bruño.

Día 65. Año 0.

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