Debido a la última tormenta de asteroides no controlo la nave y va sin rumbo fijo, sigue el rumbo que decide la gravedad que ejercen sobre nosotros los planetas y satelites que nos encontramos al paso.
En este momento de desconcierto, intentando dar prioridades a las cosas que tengo que arreglar, y esperando que pueda bajar un poco la velocidad que lleva la nave para poder hacer un paseo espacial para arreglarel timón y poder controlar el rumbo de la nave, sólo puedo escribir en éste cuaderno de bitácora, el cuál leo de vez en cuando comprobando la cantidad de cosas que han pasado y recordando el camino.
Atrás dejo al planeta azul, y ya no se ve.
Me siento ni siquiera un punto en este mar de estrellas, indefenso ante los golpes de rocas y basura espacial, metido en un espacio reducido y del cuál no puedo salir y abandonar.
Me vuelvo a asomar, pero no, no se ve.
Una canción de octubre.
Día 134. Año 0. Fín de la emisión.