miércoles, 23 de enero de 2013

Maestro

“Gullito, Mozo de espadas”
La habitación de un hotel, de un hostal, hasta el salón de plenos de un gache cualquiera en penumbra por el sol de justicia de una tarde de verano, cualquier sitio es bueno siempre que exista una silla para poder colocar el vestido de torear. Allí, cual galán, descansa la chaquetilla tabaco y oro, el chaleco y la camisa blanca. En el asiento, sobre la taleguilla de la que cuelgan cuidadosamente los machos, fieles testigos del miedo, reposa la montera que guarda, sigilosamente, las medias de seda rosa, la castañeta, los tirantes, el fajín y el corbatín, conjuntando con los golpes y alamares.
Mientras, susurra bajito la misma canción: "Niño, sube a la suite dos anisettes, que, hoy, vamos a perder los alamares de purísima y oro, Manolete, cuadra al toro, en la plaza de Linares. Un capote de paseo esconde el miedo. 

El matador descansa. Él va y viene. Fuma un cigarrillo. Echa el humo despacio. La mirada perdida. Piensa. Cavila. Repasa. Todo preparado. Queda una corta espera. Suena el reloj: Maestro, la hora.

www.tabacoyoro.com

Hace tiempo un amigo y maestro escribió éste relato taurino. El quedó finalista y yo emocionado.

Día 127. Año 0. 

lunes, 14 de enero de 2013

Año espacial



Hace ya un tiempo que estoy por éste espacio virtual contando mis aventuras galácticas a bordo de mi nave.
Hace catorce días que en el planeta Tierra ha empezado un nuevo año, por lo que os felicito a todos. Yo continúo con mi misión en la cuál los días y los años pasan mucho más despacio. Concretamente es el día 126 del año 0, mientras que cuando empecé la misión era el 2011 allí en la Tierra.

Durante este periodo de tiempo han pasado muchas cosas, aunque sólo son ciento veintiseis días.
Buenos y malos momentos, recuerdos, sentimientos, un sin fín de experiencias y vivencias.

Ayer hizo tres años terrestres una estrella se fue a surcar el espacio en busca de otra estrella, en éste día 126  recuerdo muy bien ese momento. Yo desde aquí veo muchas estrellas, y no se cuál de ellas son pero si se que ellas a mí me ven. Muchas veces veo dos juntas y brillantes y creo que son ellas, y les hablo de mi vida en esta nave y de la misión.

Yo sigo el polvo estelar que van dejando, y recogiendo partículas de ellas para hacer que esta misión llegue a buen puerto.

Hace ya tiempo que partisteis, pero yo os tengo muy cerca.

Recuerdo infinito a mis estrellas.

Día 126. Año 0.