Cada 31 de diciembre todos nos planteamos propósitos para el año que entra, con la firme intención de conseguirlos. Los que están a nuestro alcance nos lo ponemos como meta, y los que no también queremos conseguirlos.
Yo le pido al nuevo año que el pequeño Satélite sea tan feliz como lo es hasta ahora, que siga dándonos alegrías y sonrisas con esa inocencia que da la infancia y nos contagie con su órbita de felicidad. Que podamos darle lo que se merece, y transmitirle seguridad.
Para mi sólo pido lo que otros cinco millones de planetas en éste país creo que también pedirán.
Aún así enterramos un año para dar la bienvenida a otro, que creo que será mejor, o por lo menos así quiero que sea.
No puedo cerrar este año sin decirles a esas dos grandes estrellas que brillan con fuerza en el cielo que se les echa de menos y pedirles que ayuden con su fuerza a que el año que entra sea mejor.
Ahora os dejo hasta el año que viene, deseando que todos vuestros sueños se cumplan.
Chao amigos y feliz 2012.
Un amigo.
Día 104. Año 0.